dimecres, 1 de setembre del 2010

Nova època. Viratge cap a l'individualisme.

L'individualisme com a últim reducte de la impaciència. I és que són molts anys voltant pels moviments socials i no hem vull rendir. Així que encara que sigui sota una nova forma, necessito seguir treballant per canviar el món i modelar-lo com crec que és el més just.

Si als resultats em cenyeixo està clar que (jo també) he fracassat. Per molt que li possi moltes hores a un projecte no aconsegueixo que el projecte es desenganxi lo suficient de la realitat colindant. I acabes treballant a destajo i corrent obrint camí en mig de la selva per adonar-te'n que quan et gires que estàs completament sol, no del tot, jo esmpre tinc algú que m'acompanya en les corredises i això és lo que m'ajudava tant a avançar com a tornar al "campament".

Per tant, només resta la retirada a la que porto tants anys donant l'esquena. Segueixo pensant que les revolucions de un, o les teories d'un boig al damunt d'una torre de marfil no porten més que a l'absurd. Però en fi, els moviments socials no són la única comunitat potencialment revolucionària de Barcelona. De fet m'atreviria a dir que hi ha nuclis de treballadors i treballadores amb molt més potencial, tot i que amb la mateixa quantitat de vicis i manies (tot i que hem refereixo als no encuadrats). Els imponderables històrics com a fre de totes les rodes, potser per això surgeixen les avantguardes.

Per aquests motius i per altres que es desgranen de totes les coses que he anat aprenent en aquests anys he decidit deixar la meva empremta en tot el que faig. CC 3.0 by: Se que tinc un segell de qualitat prou alt en moltes coses que faig i no vull que aquest segell quedi dilucidat enmig d'una remor d'aigües túrbies que no se sap ben bé que diuen.

Els estudis sociològics dels discursos polítics ja ho diuen (de fet ja fa anys que tota la població ho sap, però sempre queda millor tenir respaldo acadèmic) que tendeixen a la uniformitat, a no dir res per a gràcies a l'ambivalència no perdre vots o simpaties de ningú i mai no tancar-se cap porta. I segueixo fermament convençut que el millor és no desmarcar-se, i seguir dins d'algun grup, però per a no desmarcar-se cal un grup dispossat a currar molt i de valent i a no desfallir. I en aquest punt les meves habilitats socials són més aviat nul·les (tinc un grau de sociopatia altíssim).

Per tant, si les aigües del pensament i l'acció pròpies s'enturbien per què hi ha una constant producció de qualitat que esperona una competitivitat interna per a una cerca de millorar-se dia a dia es genial. Però com aquest no és el clima, l'individualisme és la única sortida a poder tenir una producció mínimament engrescadora. De fet, en els últims anys, excepte comptades ocasions, només persones individuals, o petits grups informals m'han arribat a sorpendre lo suficient i a excitar la meva ment. Sembla com si els col·lectius s'hagin tornat el cau de l'inmobilisme i estem visquem una nova il·lustració en la que l'individu necessita deslligar-se de les cadenes socials per tal de poder fer avançar alguna cosa.

De tota manera, ja tenim memòria i sabem perfectament que això no és tampoc la panacea, però alguna acció s'haurà d'empendre i volem que canvïi alguna cosa per que tal i com estan les coses podem oblidar-nos-en de que hi hagi un mínim de gir en el sentit que porta la roda de lo "alternatiu".

dimarts, 17 d’agost del 2010

La decisión de los indecisos

Si aceptamos las teorías conductitas, y ya de paso los conceptos de refuerzo positivo que usan los publicistas, estaremos de acuerdo en que cada vez que una acción és llevada a cabo con éxito se refuerza en nuestro cerebro esa causa-efecto. De hecho el funcionamiento de muchos juegos de rol se basa en ese mismo concepto, tu jugador adquiere o pierde puntos a medida que los dados te sonríen en la acción que precedía.

Así si apoyamos con sentimientos las conductas del no decidir, podemos ver como necesitamos algo más que una simple decisión forzada para que ésta se lleve con éxito, pués los sentimientos adjuntos no han variado y pueden llevar de nuevo la resolución al punto de no decisión.

Cuando suena el hilo musical que nos proporciona la inefable Hit Radio, en realidad nos negamos a dedicidir, por ende reforzamos un sentimiento asociado que es el del conformismo. Preferimos las soluciones manidas y prefabricadas a las cutreces cañís digas de nuestro "horrible a ojos de los demás" gusto musical.

Cuando la idea de decidir va asociada al conocimiento del medio y nos avegonzamos de algo de lo que no tenemos ni idea, pero nuestro yo social nos dice que tendríamos que saber mucho de eso, cambiamos la calidad de un buen pedazo de cabra en la quesería por la solución plastificada del Mercadona, y reforzamos pués la estrategia del subterfugio individualista en detrimento de aprender de nuestros errores.

Al mediodía y con el estómago vacío la necesidad imperiosa de comer nos vuleve un tanto exigentes, más que al hecho de comer bién, al de no comer a disgusto. Por tanto, és probable que nos volvamos poco arriesgados, y en vez de probar un menú del qual tal vez nos arrepintamos sabemos que una hamburguesa del McDonald's siempre es igual, y no nos va a matar, al menos no hoy. Afianzamos nuestras inseguridades.

Si nos encontrásemos en una escena de película en la que vamos a ser arrollados por un objeto de grandes dimensiones, y gran velocidad (a la par que el transporte más sostenible que existe, el tren) y tenemos dos posibles salidas, a izquierda o derecha. Titubear no nos hará ningún bien. A la izquierda quizás haya un buen aglomerado de zarzas, y al otro lado un buén nido de abejas, pero nada será peor que ser atropellado. Si salimos con vida de ello sin haber decidido nada es que un superheroe, o su equivalente mundano, papá estado o quien sea, nos ha recogido con un buén pizco de subsidio o subvención. Con lo que reforzarmos nuestras dependencias a un ente mayor.

Las asamblea son lugares muy cargados de emociones, pero si tan sólo nos fijamos en las que atañen al mundo de la sexoafectividad, sólo nos estaremos fijando en las individuales y su necesidad de ser aceptados por tal o cual persona con gran peso sexual simbólico. Cuando hay algunos sentimientos colectivos que también se generan, se refuerzan y se acaban conviertiendo con el tiempo en el motor de las no decisiones, ya que es muy dificil salir de ellos.

Y es que si no queremos que la solución que se impone cuando no hablamos, la que no nos hace crecer, la que nos relega a nuestro puesto de seguridad, o la que sólo es posible por que vivimos en una democracia con una serie de empresas privadas que asesinan a millones por todo el mundo para que nosotros tengamos una segunda oportunidad perpetua, será hora de tomar decisiones y de tomarlas todas (y en un tiempo raudo), estén equivocadas o no.

dimarts, 3 d’agost del 2010

10, 100, 800 balas

La dicotomía entre la izquierda y la derecha española en su mayor ejercicio de simplismo y estereotipación.

Se nos plantea un ejercicio en que las dos posturas enfrentadas no són como de costumbre el bién y el mal; pero son un ejercicio de fidelización de la izquierda construida para la transición guay, versus la derecha que nació a raiz del desarrollismo.

La derecha con sus miras a cuantificar materialmente el progreso a través de una ética empresarial férrea en la que cualquier cosa que pase fuera de sus despachos está fuera de su responsabilidad. Una realización personal a través de la acumulación de bienes que encubre unos seres humanos que o disfrutan del dolor causado con sus acciones o su psique se puede desmoronar si llegasen a mirar las consecuencias de sus actos.

La izquierda con su orgullo intocable, y sus nobles principios completamente dedicada a que aquellos que no tienen (o inventan su pasado humilde) al menos tengan arte en sus vidas. Una orgía constante de alcohol y farlopa. Y así, o se tienen unas aspiraciones muy egoistas, o al mínimo traspiés de un familiar o amigos puede volcar en un cambio de lado total, para hacer frente a los tuyos.

Son como dos visiones opuestas que se complementan y se necesitan para existir y generar algún tipo de equilibrio. Y así como los desafectos de las grandes empresas antes podían generar un giro inesperado hacia opciones libertarias, que eran las que justificaban su deriva hacia el arte o cuidar de la familia, y esas cosas que de verdad importan; ahora ya tienen modelos de super millonarios que siguen siendo bien de derechas pero que consideran que ya han ganado suficiente y por tanto quieren dedicarse a esos quehaceres.

Pero entonces, donde tenemos los modelos de una izquierda que esté preocupada por ser responsable con su entorno (con sus actos y no sólo sentimentalmente)? Quien puede construir ese imaginario después de que "nuestra" izquierda haya tenido sus miras en Hollywood o en el Moma? Si ese "hombre nuevo" que se pregonaba a partir del Ché no es más que un icono de los beneficios de las tiendas de camisetas?

Los trabajadores de las fábricas, ese icono de la izquierda, se torna en votante del PP después de que, a parte de en libros o panfletos que no van destinados a ellos, se les relegue al ostracismo. Un fenómeno parecido al del voto femenino durante la república. La izquierda no quería otorgar el voto a las mujeres puesto que las creían demasiado influenciadas por el párroco y por tanto votarían a la derecha. Y es que seguramente, cuando abandonas y ninguneas por tanto tiempo a tus compañeros o tus compañeras y la elección es tan limitada, seguramente se acabarán decantando por la otra opción.

Pero no nos preocupemos que ya sabemos que la izquierda no es responsable de nada, que esas responsabilidades quedaron zanjadas en el '59 y como no estábamos en el reparto y los pactos de la Moncloa fueron una traición siempre nos permitirán vivir en la minoría de edad.

dilluns, 26 de juliol del 2010

Preguntas para cambiar

Existe un status quo sobre aquellas qüestiones sobre las que tenemos derecho a opinar. Por ejemplo, tenemos derecho a opinar sobre el gusto en la vestimenta sobre tal o cual famosilla de moda. Tenemos derecho a opinar a que lado queremos el tranvía en la nueva remodelación pija de la Diagonal (ya que como todos sabemos a la opción le pasaba algo parecido a esto). Tenemos derecho a tener unos minutos de gloria en A3 si queremos masacrar a los huelguistas de cualquier índole. Y tenemos derecho a decidir cosas como quien puede seguir en la casa del Gran Hermano.

Y a partir de saber sobre que tenemos derecho a decidir podemos preguntarnos sobre que tenemos derecho a preguntar. Podemos llamar a una empresa de productos ecológicos y preguntarles sobre su certificado "eco", pero no suelen ser muy receptvos a preguntas de índole laboral. Los compañeros de la huelga del metro pudieron llegar a qüestionar el tema de que el gobierno no podía estar por encima suyo en materias salariales, pero no pudieron opinar sobre el tema del gasto exhorbitante en publicidad que tiene el Metro de Madrid. Así como en una joyería nos pueden legislar nuestra conducta y vestimenta a los repartidores por motivos de seguridad pero no es de su incumbencia la seguridad de los miles de niños que mueren para extraer sus caros muestrarios. O incluso podemos preguntar a cerca de la efectividad de tal o cual manifestación o acción, pero jamás sobre si en realidad los activistas conllevan un costo mayor a la sociedad de lo que la sociedad pueda beneficiarse de ellos.

Y es que cuando eres pequeño, preguntar este tipo de incomodidades puede ser gracioso, aunque siempre hay papás que pierden los nervios, pero cuando ya eres mayorcito, este tipo de preguntas sólo se las puedes hacer a los niños.

Este tipo de censura se da mucho más entre iguales que a nivel institucional. Podríamos pintar el mayor lienzo del mundo con estas preguntas u otras más controvertidas, y sería alabado. Y es que a estos niveles cuando se interroga a todas no se interroga a nadie. En cambio cuando vienen de un igual estas preguntas sabemos que pueden tener consecuencias a corto plazo.

Es por ello que el cooperativismo emepezó por el consumo. Nosotros como consumidores nos hacemos preguntas sobre lo que nos atañe y que tiene consecuencias sobre los nuestros. Cuando estas preguntas van más allá la cooperativa tiende a contaminar a las distribuidoras, y de allí hasta los productores.

Es una solución de cambio a largo plazo y seguramente poco práctica, además de que relega el cambio social a último lugar a quien peor lo está pasando. Pero nos queda otro camino cuando ni a tus propios compañeros les puedes hacer el 20% de las preguntas que se te ocurren?

diumenge, 18 de juliol del 2010

L'embriaguesa i el crèdit

Quan parlem de feminisme (car a mi la paraula em produeix urticària) m'agrada veure els seus anàlisi i les seves propostes ja que fora del marc conceptual que és en lo que difereixo, la resta sol ser molt interesant.

Una de les qüestions que hem estat analitzant el curs de biocombustibles dels juliols de la UB ha estat el dels microcrèdits al desenvolupament a comunitats on no arriva l'electricitat. Aquests i degut a l'experiència acumulada s'han començat a donar únicament a les dones. I és que resulta que els homes s'ho gasten tot en alcohol, i en canvi les dones duen a terme els projectes, ja que d'altra banda ja eren les que desenvolupaven tota la feina de la comunitat (criar fills, anar a cercar l'aigua, cuinar, netejar, ...)

Però si no volem caure en el típic victimari de la part del masculinisme que evoca una mena d'autocastració (els homes porten anys explotant a les dones i és per que som dolents dolentots, tant en la seva vessant esclau de les Scum com en la seva vessant més carrinclona de màrtir que no sap altre manera de fer-se notar), hauríem d'analitzar que vol dir gastar-s'ho tot en alcohol.

Aquest fet és en realitat una excusa per explicar, per comunicar als altres. De fet en el cas que ens ocupem segurament els crèdits hauran estat demanats de bona fe i amb tota la intenció de complir de projecte. Però estar clar que el projecte s'ha d'explicar i aquesta és una activitat a la que cal dedicar-li temps i recursos. Si a més li sumem la "inferioritat" que segurament s'entén en front un món europeu que se'ls està menjant i la quantitat d'informació que circula, aquesta necessitat creix exponencialment i per tant al final no hi ha temps per a la feina. A més l'alcohol no és només un embriagador, és també un indicador de l'estatus i del benestar col·lectiu si es confia en l'amfitrió, tal com ens sona de les festes romanes que es feien per a afavorir l'elecció d'un o altre candidat.

I és que mirat així, aquesta necessitat tan ofegadora d'explicar-ho no és exclusiva dels homes dels païssos en vies de desenvolupament, car aquí adolim de problemes similars, el que com tenim una gran quantitat de mitjans de comunicació (amb un índex altíssim de reporters avorrits àvids de parlar de qualsevol cosa) i impremtes molt barates; l'alcohol juga un paper més sencundari. Encara que de tota manera les festes en les que ensenyem el botí que hem aconseguit són igual d'importants i de fet acaben consumint-nos més temps que el temps que tenim per a treballar de veritat el contingut i la realitat dels projectes.

divendres, 9 de juliol del 2010

Excepcions excepcionals

Doncs, no ha estat mai remarcar "l'actualitat" (entre cometes ja que d'actual no en té molt) entre les meves intencions cap a aquest blog. Però és que la ocasió s'ho mereix i de poques coses que a un li fan pujar l'ànim doncs, no ens hi estarem.

S'ha obert una escletja, una de grossa, o de tant grossa com nosaltres ho permetrem. Ni és la panacea, ni el nou manà per veure, és només una petita fita que podem fer nostra. I així ho farem, i així ho expressarem, i així ho recolzarem.

A Islàndia els banquers han ingressat a la presó, i els que s'han escapat ja tenen ordre a l'Interpol de cerca i captura, si a Islàndia han pogut, a la resta del món ja triguem. I aquesta és només una de les cosetes remarcables que tenen a dir, mireu els enllaços i comecem a pendre exemple.

vídeo de la candidatura

aquí podeu veure o més semblant a la proposta de la candidatura que he trobat, (sense esmerar-m'hi gaire) link.

aquí la noticia que corre pels blogs

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diumenge, 27 de juny del 2010

Un mundo exclusivo


Hubo un momento en la historia en el que las personas esperaban ser iguales entre ellas. Esperaban poder tener todas derecho a un lugar donde vivir, esperaban poder educar a sus hijos, tener alimento sin escasez. La ética era la herramienta que permitía a las personas compartir lo poco que tenían para poder tenerlo todas. La ética es la herramienta que permitió compartir entre iguales.

La realidad actual se muestra contraria ya desde la cuna, en la que se insiste al bebé para que se sienta especial, exclusivo, único. Se le castra pués, su conexión con los demás. Su necesidad de compartir con sus iguales. Tiene que ser diferente, y sobre todo sentirse diferente. Es así como a cada paso construimos el armazón que nos separa ficticiamente de lo que nos rodea.

Todo es exclusivo inclusive en los concursos actuales en los que el premio ya no es algo que pudiera tener cualquier persona, si no algo que puedas tener sólo tu. No vas a conseguir unas entrdas a un concierto, si no ver el concierto des de el lugar más exclusivo (de momento es pasando por los camerinos, pero seguro que en un tiempo puede ser que sea colgando de los focos de un arnés fosforito).

La idea que subyace és que lo que pueden tener todos no tiene valor. Ese ha sido siempre el afán de los más ricos. Coleccionar cosas que sólo hay pocos ejemplares és mucho más importante que el hecho de que sean añejas. Y és que se nos crea el mito de que el único és más importante que la comunidad de los iguales. Tener experiencias calcadas a otros se nos torna algo como que nos viene impuesto. Ese sentimiento de que la exclusividad és la única forma de ser libres, ya que és la única forma de tener una experiencia auténtica y no prefabricada.

Y ya de paso ese ha sido uno de los grandes condicionantes de la izquierda en los últimos años. Los grupos políticos al uso, ya no nos sirven si no que todos tenemos una idea nueva que explorar. Vivir anclados en una experiencia de larga duración es como perderse algo. Qüestionar todo lo prohibido sólo por el hecho de estar prohibido es más necesario que entender si ese qüestionamiento sirve para algo, o a que nos lleva.

Supongo que aún quedamos algunos a quienes nos haga felices ser uno más. Y todo lo diferentes que somos del resto no es nuestra bandera, si no una realidad cualquiera, una simple tautología que se convierte en un mantra si tengo que esta repitiéndola todo el tiempo.