dimarts, 3 d’agost del 2010

10, 100, 800 balas

La dicotomía entre la izquierda y la derecha española en su mayor ejercicio de simplismo y estereotipación.

Se nos plantea un ejercicio en que las dos posturas enfrentadas no són como de costumbre el bién y el mal; pero son un ejercicio de fidelización de la izquierda construida para la transición guay, versus la derecha que nació a raiz del desarrollismo.

La derecha con sus miras a cuantificar materialmente el progreso a través de una ética empresarial férrea en la que cualquier cosa que pase fuera de sus despachos está fuera de su responsabilidad. Una realización personal a través de la acumulación de bienes que encubre unos seres humanos que o disfrutan del dolor causado con sus acciones o su psique se puede desmoronar si llegasen a mirar las consecuencias de sus actos.

La izquierda con su orgullo intocable, y sus nobles principios completamente dedicada a que aquellos que no tienen (o inventan su pasado humilde) al menos tengan arte en sus vidas. Una orgía constante de alcohol y farlopa. Y así, o se tienen unas aspiraciones muy egoistas, o al mínimo traspiés de un familiar o amigos puede volcar en un cambio de lado total, para hacer frente a los tuyos.

Son como dos visiones opuestas que se complementan y se necesitan para existir y generar algún tipo de equilibrio. Y así como los desafectos de las grandes empresas antes podían generar un giro inesperado hacia opciones libertarias, que eran las que justificaban su deriva hacia el arte o cuidar de la familia, y esas cosas que de verdad importan; ahora ya tienen modelos de super millonarios que siguen siendo bien de derechas pero que consideran que ya han ganado suficiente y por tanto quieren dedicarse a esos quehaceres.

Pero entonces, donde tenemos los modelos de una izquierda que esté preocupada por ser responsable con su entorno (con sus actos y no sólo sentimentalmente)? Quien puede construir ese imaginario después de que "nuestra" izquierda haya tenido sus miras en Hollywood o en el Moma? Si ese "hombre nuevo" que se pregonaba a partir del Ché no es más que un icono de los beneficios de las tiendas de camisetas?

Los trabajadores de las fábricas, ese icono de la izquierda, se torna en votante del PP después de que, a parte de en libros o panfletos que no van destinados a ellos, se les relegue al ostracismo. Un fenómeno parecido al del voto femenino durante la república. La izquierda no quería otorgar el voto a las mujeres puesto que las creían demasiado influenciadas por el párroco y por tanto votarían a la derecha. Y es que seguramente, cuando abandonas y ninguneas por tanto tiempo a tus compañeros o tus compañeras y la elección es tan limitada, seguramente se acabarán decantando por la otra opción.

Pero no nos preocupemos que ya sabemos que la izquierda no es responsable de nada, que esas responsabilidades quedaron zanjadas en el '59 y como no estábamos en el reparto y los pactos de la Moncloa fueron una traición siempre nos permitirán vivir en la minoría de edad.

2 comentaris:

Kez ha dit...

Bueno, hola. Solamente quería decir que un blog de opinión y reflexión donde la etiqueta "marxismo" es predominante, supongo que merecerá la pena. Te ficho y en cuanto pueda te leo.

Un saludo (quizás más bakuninista que marxista, pero en fin... no es el momento de las diferencias).

Kez ha dit...

He encontrado este blog con etiqueta "marxismo":

http://colaboratorio1.wordpress.com/tag/marxismo/

A ver que te parece...

Un saludo.