Teniendo en cuenta que el REBT es
heredero de las directivas europeas y ese apartado lo desconozco,
intentaré hacer una aproximación de las consecuencias de dicha ley.
La ley está pensada para hacer frente
a una posible mayor demanda por parte de cada usuario. De una
previsión de potencia de (x)Kw a una previsión por ley de 5,4kw
siempre y cuando la ciudad de turno no haya aumentado la previsión
de consumo mínima, como por ejemplo Barcelona, a 9,2 Kw.
Tener una previsión de 9,2Kw equivale
a prever que se puedan tener funcionando de forma simultanea
lavadora, lavavajillas, aire acondicionado, horno, vitrocerámica, …
aunque vivas en 25m2. Como siempre, la ideología
subyacente (a parte de la de maximizar el beneficio de la empresa) es
la de que con la técnica TODO es posible y en cambio confiar a la
educación, o la sociabilidad la responsabilidad del buen uso de las
infraestructuras es pecar de candidez. Y es que educar al consumidor
es un gasto y en cambio inducir al sobreconsumo un beneficio para la
empresa de turno.
El reglamento no prevé tampoco la
coexistencia con otras formas de aprovechamiento de la energía. Cada
vivienda está obligada a proyectar y instalar las tomas necesarias
para TODOS los electrodomésticos, aunque queramos usar gas para la
mayor parte de nuestras necesidades, prever la toma eléctrica es una
obligación y no una opción. En un ejemplo claro, se está obligado
a prever la toma de corriente del horno eléctrico aunque se prefiera
gas. El costo económico de esa línea sólo en material, ronda los
70€.