dimecres, 13 de setembre del 2017

Tornar a escriure

Doncs a mode de pensament plasmat, a mode de trobar-me una convicció per a fer una cosa que considero socialment fútil, m'autoescric unes ratlles sobre perquè escriure.

Parteixo de la base de que la corva d'escriptores-lectors s'està invertint, tinc la sensació que cada cop hi ha més artícles, llibres, ... però potser és percepció meva

Això és el que hem fa dubtar més de voler escriure, que hi hagi més soroll? més opinió? més lletra escrita? o per altre banda, més vídeos, més fotos, més narrativa vull dir.

És per això que la idea que hem barrina és la de guionitzar per a altri, no crear històries noves, si no revisar-les, cerca maneres de connectar amb el receptor (lectora, espectadora, ... ) i mirar de cercar algunes dimensions que ara per ara no li donem molta importància, ... també em sorgeix el dubte si això no és una mena de censura encoberta, una forma de marketing que li treu espontaneitat al autor o una nova retòrica del políticament correcte, però estem per equivocar-nos.

Així doncs, m'he dibuixat una mica l'abc de les preguntes que m'he de fer sobre tot això

Què - guionitzar tenint en compte el marc convencial i de conflictes que hi ha en els col·lectius

A qui - persones que conviuen, pensen o formen part de col·lectius de diverses índoles, tot i que obviament la meva experiència i per tant biaix està en els moviments socials

On - aquesta part encara no la tinc definida, m'estic venent !! ;)

Quan - a cavall entre dues velocitats, a la inmediatesa i al mig plaç sobre fets recurrents

Perquè - en primer ordre per a ordenar els meus pensaments, té un punt d'autoteràpia fort, i d'altre banda, un punt de batalla, crec que amb les eines actuals, l'esquerra (per així dir-ho) comunitarista no té la capacitat de plantar cara a la boràgine capitalista


comencem ...

diumenge, 24 de maig del 2015

Esos intocables profesores de la pública

Ante el aluvión continuado de críticas al profesorado de la pública, seguro que bien merecidas muchas de ella, me surge la necesidad de ver esa tan intencionada crítica desde la perspectiva de como se gestiona eso en otros colectivos.

Básicamente se les critica por ser funcionarios y el hecho de que no se les puede despedir a no ser de que hagan alguna falta muy grave. Es curioso que nadie se pare a explicar como funciona eso mismo en los colegios concertados católicos.

Yo tampoco conozco un aluvión de expedientes sancionadores hacia los profesores de la privada. En concreto mi experiencia en La Salle Comtal es la de

- estampar la cara a un niño contra una mesa y reventarle la nariz - sin consecuencias
- sacar a los niños de las orejas estirando y dándoles patadas al mismo tiempo - sin consecuencias
- jactarse de haber llegado a ser profesor porque era entrenador de básquet y no tenía ni idea de ser profesor pero como era coleguita - sin consecuencias
- empezar el mismo año que da la primera clase de inglés a recibir él mismo clases de inglés - sin consecuencias
- llegar borracho a clase día sí, día también - sin consecuencias
- dedicar las horas lectivas a explicar historias de juventud (más del 50% de las horas lectivas) - sin consecuencias
- promover el bullying creando motes ofensivos hacia los alumnos - sin consecuencias
- ridiculizar a los niños que no querían jugar fútbol por ser mariconas - sin consecuencias.
- formar parte del entramado del Palau de la música para hacer un hotel en sus instalaciones - sin consecuencias
- expulsar a los niños que tras 4o EGB no se habían bautizado - sin consecuencias
- cobrar cuotas altísimas del AMPA y desviar los fondos hacia el colegio de forma opaca - sin consecuencias

vamos que esto es un catálogo que a bote pronto recuerdo sobre lo que allí pasaba, de todo el catálogo de profesores que eran lo más vago y lo más inútil que he conocido dando clase, no conocí que a ninguno se le expulsara ni expedientara, así pués, la receta contra esos "malvados" profesores de la pública es la de poderlos despedir con más facilidad? seguro?

Yo seguiré en mi posición de que el problema es el corporativismo, y está inserido tanto en la pública como en la privada. Estoy bastante convencido de que es más fácil despedir a un profesor de la pública que a uno del Opus Dei.

dimecres, 11 de març del 2015

La antena de la discòrdia

La antena de Fastenrath parece que es la movilización que más personas ha congregado en los últimos años en el Carmelo. Pero éste es un conflicto con capas de matices y opiniones que se ven sepultadas por una dicotomía poco resolutiva.


1.- El conflicto entre propietarios e inquilinos se manifiesta con toda su desvirtuación. Un conflicto que durante años nos han querido vender como de avariciosos propietarios contra desvalidos inquilinos se desenmascara dejando de lado la cruda realidad en la que vivimos inmersos en la selva inmobiliaria: la lucha entre el propietario y el inquilino es menos desigual que la que existe entre el gran propietario y cualquier otro actor. El más rico impone su criterio al más pobre, y eso es siempre así y aquí también, ser propietarios al final tampoco les da la capacidad de decidir por que la ley tiene un equilibrio desigual. La democracia de una comunidad de vecinos no es tal cuando un “banco malo” tiene el stock congelado.

2.- El derecho a la ciudad, como los vecinos quieren vivir y construir un barrio es un concepto que dentro de la política urbana es relativamente nuevo pero en Barcelona, no nos olvidemos, la movilización es la que ha creado los servicios sociales que tenemos. Así pues, la reivindicación se enmarca dentro de ese derecho. Quien tiene derecho a decidir como se construye el barrio? Por otro lado el Carmelo es uno de los barrios con peor cobertura móvil y 3g de todo Barcelona, y eso es una lacra que hace del Carmelo un barrio con menos oportunidades. Por ejemplo quien querría montar una start up en un lugar dónde no hay cobertura en la mitad de sus calles?

3.- El derecho a la salud comunitaria definido tanto por los límites que queremos ponerle a las posibles agresiones exteriores como la mejora de servicios que nos pueden ofrecer y el revertimiento que para la salud tienen los mismos.


En estos 3 puntos están esbozados los diferentes choques de derecho que existen.


1.- el derecho de los habitantes de un edificio a decidir como quieren que éste sea gestionado.

Aunque la ley especifique que si alguien tiene más de la mitad de los coeficientes, es lícita una resolución en la que uno se impone al resto de personas? Hay múltiples ejemplos que podemos ver en los que vemos como las resoluciones tomadas de forma unilateral (y más en lugares dónde se combina el propio espacio de seguridad personal) suelen generar conflictos a largo plazo más difíciles de solucionar y al final muy costosos conflictos posteriores. Esta situación suele ser entendida como muy conservadora “mejor no hacemos nada” pero eso es porque falta la voluntad y la capacidad de gestionar resoluciones de otra forma.

De hecho el tema de las antenas y la telefonía móvil en España en general ha funcionado a través de una suerte de laisse fair en el que las compañías han gozado de una verdadera libertad que ha podido pactar con quien se ha dejado seducir. Llegando la tecnología de comunicación gracias a acuerdos económicos bilaterales y desiguales, sin mayor planificación que la que la compañía pueda querer. Esto nos lleva a que éstas han negociado con el estado y por supuesto conseguido potencias más elevadas que las de la media Europea para poder minimizar las inversiones en antenas y en costes de negociación colectiva con el medio.


2.- el derecho de los vecinos a decidir que servicios y que intereses consideran prioritarios.

El derecho a la ciudad lo hemos heredado en Barcelona (al igual que en muchos otros lugares) del pulso de fuerzas. En una sociedad tardofranquista el único medio que tuvieron los barrios de dignificarse fue a través de coger músculo y plantar batalla a la situación de falta de participación (y de planificación en la que vivíamos). Esto nos llevó a una forma de trabajo en la que la acción, la resistencia y la confianza en los “intelectuales orgánicos” era clave, tanto para construir el “sentimiento de barrio” como para conseguir lo que el estado franquista nos negaba.

La situación actual en cambio, parte de barrios desestructurados que no tienen un espejo claro donde mirarse (cuando faltaba alcantarillado era evidente que eso era lo necesario, pero ahora los intereses son más difusos). La diversificación de intereses no permite la generación de confianza ni la posibilidad de la generación de “intelectuales orgánicos” que suelen ser vistos hoy con recelo.

Los planes de participación por los que tanto aboga el ayuntamiento u ONGs son principalmente caros, tanto en horas de vecinos como en presupuestos y no permiten una reacción rápida. Así pues, la necesidad por generar mecanismos participativos es evidente en momentos como éste si se desea tener una buena radiografía de lo que se demanda. Eso quiere decir que no podemos ir de alerta en alerta si no queda una organización activa ya que las alertas sólo serán secundadas por aquellas personas que las vean importantes.


3.- el derecho a la salud comunitaria.

Si miramos cada elemento por separado, como en el caso de la antena, parece que podemos estar ante un caso de agresión. Pero la salud comunitaria se basa en observar las cosas en su conjunto.

Hay un ejemplo muy claro sobre los vehículos en las ciudades. Que vehículo provoca enfermedades graves en la salud, genera obstrucciones de tráfico, residuos urbanos abundantes, y mata peatones como ningún otro? El juego ante estas preguntas es que la mayor parte de las personas responderíamos el coche (motor de combustión interna) pero en realidad se trata del coche de caballos. Cuando las ciudades movían mercancías a caballo y había muchos caballos la sola gestión de las heces suponía un problema de grandes dimensiones y un atentado contra la salud pública.
Hoy día nadie niega la necesidad del vehículo rodado, el cual estadísticamente está muy probado lo dañino que resulta para la salud. Algo parecido puede ser el escenario marcado por las antenas, la radiación electromagnética, de hecho, está presente en todos los lugares incluso antes de la telefonía sin hilos. Sin tener si quiera pruebas de la relación de ésta con el cáncer el artículo de Agustín Bocos lo que propone es una rebaja en las potencias de las antenas, aumentando por ello el número de antenas para mantener el servicio. El debate sobre salud comunitaria quizás debería ir en ese sentido. Recordemos también que hoy día morimos más de cáncer también porque vivimos más años y quizás por que estemos más expuestos. Pero en general vivimos más años y con mayor calidad de vida.

Es así que a la hora de definir nuestra posición sobre las cosas habremos de ampliar el espectro de visión que tenemos sobre las mismas.

La relación por ejemplo de pérdida de personal sanitario en el barrio y los cierres de plantas de hospital tienen una consecuencia directa y inequívoca sobre la salud de las vecinas y en cambio suscita menos alarma que una antena que como poco es de controvertida interpretación.

No pretendo dar lecciones a nadie sobre que es más importante, cada cual generará sus prioridades, y las mías no tienen porque ser menos o más válidas, pero obviamente al calor de los datos como los publicados por magonia y viendo las consecuencias derivadas del tema deberíamos como poco poder tener un debate en abierto sobre el tema.

diumenge, 5 de gener del 2014

El reglamento como parte de la ecuación de las eléctricas

Teniendo en cuenta que el REBT es heredero de las directivas europeas y ese apartado lo desconozco, intentaré hacer una aproximación de las consecuencias de dicha ley.

La ley está pensada para hacer frente a una posible mayor demanda por parte de cada usuario. De una previsión de potencia de (x)Kw a una previsión por ley de 5,4kw siempre y cuando la ciudad de turno no haya aumentado la previsión de consumo mínima, como por ejemplo Barcelona, a 9,2 Kw.

Tener una previsión de 9,2Kw equivale a prever que se puedan tener funcionando de forma simultanea lavadora, lavavajillas, aire acondicionado, horno, vitrocerámica, … aunque vivas en 25m2. Como siempre, la ideología subyacente (a parte de la de maximizar el beneficio de la empresa) es la de que con la técnica TODO es posible y en cambio confiar a la educación, o la sociabilidad la responsabilidad del buen uso de las infraestructuras es pecar de candidez. Y es que educar al consumidor es un gasto y en cambio inducir al sobreconsumo un beneficio para la empresa de turno.

El reglamento no prevé tampoco la coexistencia con otras formas de aprovechamiento de la energía. Cada vivienda está obligada a proyectar y instalar las tomas necesarias para TODOS los electrodomésticos, aunque queramos usar gas para la mayor parte de nuestras necesidades, prever la toma eléctrica es una obligación y no una opción. En un ejemplo claro, se está obligado a prever la toma de corriente del horno eléctrico aunque se prefiera gas. El costo económico de esa línea sólo en material, ronda los 70€. 

diumenge, 4 d’agost del 2013

L'equació del preu de mercat. Les elèctriques a Espanya


Ara que el monopoli de l'energia més cara d'Europa (l'elèctrica a Espanya) fa veure com un monopoli pot imposar el preu "de mercat" sense cap oposició, jutge i part. És hora de replantejar-nos les armes dels pobres i com el seu ús ha estat criminalitzat amb arguments llunyans a la realitat.

Per armes dels pobres, em refereixo òbviament, al frau, a no pagar una part o tot el cabdal elèctric. Aquesta pràctica ens du a un pensament automatitzat: les persones que no paguen encareixen la factura elèctrica i la part que ells no paguen la paguem entre la resta.

Aquest axioma tan determinant porta inserida un munt de ideologia que no és evident però construeix la frase i la nostra manera d'entendre el món.


1.- el preu depen dels costos. 

Aquesta frase té 2 problemes molt concrets. Primer, que entenem per costos; i segon, el preu no depén dels costos. Una empresa com Endesa que sosté una directiva de salaris estratosfèrics, ... estem parlant d'un cost, o d'un benefici?

El preu es determina a partir de quin vol ser el guany obtingut per l'empresa, dins d'un mercat que ofereix unes possibilitats (oferta-demanda). Al ser un monopoli, la segona opció no té lloc com a estratègia de competència amb la resta d'empreses, però sí que hi ha una elasticitat marcada per quant està disposada la gent a pagar. Per tant el preu de l'energia depén de lo aceptable d'aquest.

El que no podem fer és concebre els sous de la directiva com un cost, una directiva tan excesivament abultada, en realitat encobreix un benefici que no està declarat, i que obviament també surt del preu que hi ha a la factura.

Si ho mirem des de la seva òptica a més veurem com aquest cuadres directius, la major part de les vegades ni tan sols tenen coneixements del sector (desconec si J.M. Aznar seria capaç de diferenciar entre 2 conceptes tan senzills com CA i CC) si no que són escollits a partir d'unes elits socials i familiars. Des d'aquesta òptica, l'empresa prova de mantenir contra més directius i amb més alts sous millors, ja que aquest fet ajuda a augmentar el seu poder com a classe social dominant.

Per tant, el que estem pagant en la factura és el cost de l'energia sumat al manteniment d'unes jerarquies aristòcrates. Com els impostos tenen un repartiment dels mateixos més o menys equitatius (les pensions és la factura més gran del nostre estat), és la forma de generar uns impostos que van directament al manteniment de les classes dominants, recordant al més pur estil feudal.

2.- classisme per se

En cap frase trobarem com hem assenyalat abans que el cost dels directius que soporta l'empresa és el problema del preu elevat de la llum, si de cas, d'una mala gestió. Però el mal concret de la nostra factura elevada és endèmic degut al petit frau acumulat. Hi ha un mecanisme inconscient marcat en el nostre imaginari col·lectiu que és que el fet de com es gestiona l'empresa no és cosa nostra.


La falàcia

En un món ideal on les persones treballen pel bé comú, i l'empresa escull la millor opció per a obtenir una relació favorable de costos-beneficis, obviament el frau aniria en perjudici de totes les persones. Però el problema és que no venim d'un món ideal i el frau es practica en totes les capes del procés. El problema és que tenim al mateix nivell el frau fet per una persona que té treballs inestables, viu en mig de la precarietat, ... i el frau esdevé l'estratègia de supervivència en un món on la sort (i la cuna) comença a influir molt més que no pas l'habilitat o la dedicació. I el frau de un directiu que desvia contractes a una empresa familiar amb grans comissions de pel mig.

Per tant si entenem el preu, com la dialèctica entre el que l'empresa vol aconseguir de benefici i el que la gent està disposada a pagar, el frau no entra en l'equació com a factor negatiu en el preu, si no que s'entén com a factor possitiu, més gent està dispossada a fer frau, més a de baixar el preu per tal d'aconseguir que la gent no torni a fer frau. (Excepte en comptades ocasions, el frau per se no és la opció generalitzada).

Preu = dialèctica entre el benefici esperat i la capacitat subejctiva de pagament, amb un límit real de la capacitat objectiva, i els costos reals, més la part proporcional de frau.

Tenim que en cas de que el frau pugi, puja el preu, però en caure la capacitat subjectiva de pagament, també baixa el preu.

En el cas de que el monopoli sigui omniscient, i a més degut a que és un servei públic obligatori (no és així però per a moltes coses sabem que si no s'està censat i amb l'alta de la llum i de l'aigua ens podem trobar amb moltes trabes), no hi ha cap forma directa de fer baixar el preu, que no sigui mitjançant el frau.


Formes indirectes (polítiques i organitzatives) de fer baixar el preu a llarg plaç.

Les cúpules directives d'aquestes empreses són grans coixins de nepotisme on col·locar familiars i desviar grans quantitats de beneficis que haurien de tributar com a tals com si fossin costos, sous, contractes, ... per tant la primera necessitat de demanda és la limitació dels sous de les cúpules directives i del nombre de directius en les empreses, car els seus sous, i el seu nombre són un frau difícilment demostrable, però un frau. Seguit de la transparència informativa sobre concessions, contractes, ... per tal de poder auditar si és necessari com s'adjudiquen els contractes i a qui.

L'altre, de caire organitzatiu és la de via cooperativista, començar des del consum a canviar tota la piràmide. Per això no entenem el fet de ser més racionals consumint, ja hem vist com ara la llei penalitzarà a qui menys consumeix, la racionalitat del consum és una bona opció global, però no pas de correlació de forces per tal de tenir un sistema elèctric amb un preu just. Per consum entenem les cooperatives de producció o consum, en aquest cas organitzades a partir d'empreses socials que abarquen els 2 punts ara mateix abarcables de l'esquema, la producció i la comercialització, i per això el cas més emblemàtic el tenim a Som Energia.

dilluns, 15 de juliol del 2013

De las llaves a las cerraduras. Quiero disponer de mi tiempo

La jornada de 8 horas la tenemos presente. Es un concepto que podemos manejar ya que la mayor parte de la población la cumple en su cotidiano, y estoy convencido de que es imposible que haya alguien que no conozca a nadie que la cumpla.

Esa jornada laboral tenía un doble objeto, tenía el objeto de minimizar los costes de la explotación sobre la clase obrera, pero también el de asegurar que las personas pudieran disponer de tiempo para mejorar la calidad de sus vidas. 8 horas de trabajo, 8 horas de descanso y 8 horas de libertad.

De una manera idílica alguien pensó que pagamos el precio de conservar el cuerpo con las 8 horas de sueño o descanso, y pagamos el precio de conservar la sociedad con 8 horas de trabajo; para poder disponer de 8 horas de tiempo diario para lo que nos plazca.

Ese ideal, obviamente, existe en un momento concreto en el que la clase trabajadora puede estar sufriendo (igual que hoy en otras partes del mundo) una extenuante jornada de 14 horas, tras la cual tiene pocas o ningunas ganas, ni espacio mental de poder pensar en crecer intelectualmente, mejorar, dedicarse al arte, ...

Hoy día ese caduco ideal no nos sirve por diversos motivos:

El primero de ellos es el de que en las sociedades occidentales no hay tanto trabajo, en parte porque se ha externalizado, en parte, porque de verdad, ya no hace falta trabajar tanto. Los índices de paro suben. Producimos, dicho a lo burro, más mano de obra de la que necesitamos. Por tanto, es una evidencia que no necesitamos 8 horas para dedicarnos al trabajo asalariado.

Seguido; el ideal de 8 horas en el que las que las personas invierten ese tiempo en mejorar la sociedad, crear manifestaciones artísticas, ... actualmente no es aquello a lo que las masas dedican su tiempo libre. El cual seguro que es mayor que en casi cualquier otra época reciente, y en cambio reina la percepción de que se dispone de menos que nunca, seguramente propiciada, porque la oferta de como gastarlo es mayor que nunca.

Y un último y al parecer complejo, que es el de que si no invertimos parte de nuestro tiempo en organizarnos no podemos generar estructuras que nos defiendan. Intentando explicarlo, no es posible que la clase trabajadora dependa de otras personas para defender sus intereses como clase (o como lo que sea) si no se organiza, si no da parte de su tiempo (y su dinero) a mantener estructuras que la defiendan de las clases dominantes. A no ser que quiera perder, incluso la propia victoria de la jornada de 8 horas.

Estos son un esbozo simplificado de aquellas cosas en las que hemos de pasar cada día por ellas, nos guste o no, dormir, trabajar, organizarnos, ... para poder dedicarnos a algo que nos guste.
Trabajar no es algo por lo que yo quiera luchar, pero obviamente las cosas y saberes que disfruto no nacen de la nada, y ese esfuerzo que muchas personas hacen, a mi me apetece compartirlo. Al igual que organizarme, me hastía, me aburre y me quita ese tiempo precioso del que me gusta disponer para lo que me plazca. Así se deja la caer la pregunta.

Que me gusta hacer, me gusta disfrutar mi tiempo? Tengo motivos para querer vivirlo? Entonces lo que no entiendo, lo que no comprendo es que reivindique y pelee por trabajar menos horas, por tener más tiempo para mi; y en cambio permita que en las organizaciones, decisiones sencillas, abarquen horas y horas de mi tiempo cansinamente.

El trabajo me roba mi tiempo, organizarme me roba mi tiempo, pero que no me lo roben además aquellas personas que van sin ir preparadas, ni con ganas de prepararse. Hablando por ejemplo, de cualquier cosa fuera de punto de orden del día, repitiéndose hasta la saciedad, boicoteando las decisiones, ...

Ya suficiente duro es organizarse, pero por favor, déjenme vivir, si una asamblea dura 90 minutos aún tengo tiempo para disfrutar de lo que me gusta, si se alarga sin fin, entonces, alguien está robando mi tiempo.

dimecres, 12 de juny del 2013

Cultura cívica

Aunque no pretenda llegar al significado de la cultura cívica a partir de la oferta cultural que ofrecen los centros cívicos. Obviamente el hecho genera que el concepto cívico se vea modificado por ello.

Lo que deriva que la cultura que aporta el ayuntamiento, (el ens público) a la ciudadanía; el conjunto de saberes que se desgranan de la norma, sean unos bastante concretos. Debido en gran medida también al hecho de que no hay mucha más oferta pública cultural que se preocupe por acercarse a la ciudadanía, exceptuando conciertos y otras actvidades más lúdicas.

Los centros cívicos gestionados por empresas privadas, se vuelven de facto, un mecanismo regulado por la oferta y la demanda de cursos. Sin preocuparse pués de cual es la oferta o de que modelo genera esa oferta, o a que modelo de oferta nos gustaría llegar. Los centros cívicos simplemente son el intermediario entre ofertantes y demandantes.

Tal y como suecede con la mayor parte de las cosas, la oferta y la demanda no existen por si mismas, si no que se circumscriven a un contexto determinado. Un contexto en el que el capitalismo prueba de socavar la confianza en las estructuras actuales del estado. Y el estado, en manos de grandes empresarios, es inútil como generador de otra manera de entender la cultura.

Es decir, talleres de ___terapia; algunas de ellas magufos, y otras directamente plataformas de pseudomedicinas que necesitan abrir mercado. Con esto no quiero decir que no sean útiles, lo que una cosa es aprovechar los beneficios que tiene para la salut la sociabilización a través de catalizadores como la risa o los olores, y otro es enfrentarlos veladamente en competencia a la sanidad pública.

Grandes dosis de multiculturalismo o como diría Manu Chao "mes-ti-za-je" en el que los elementos simbólicos de las élites económicas de diferentes paises son puestas para deleite de todos los públicos. De hecho hay otro paralelismo interesante ya que las actividades culturales lúdicas son extraidas de los comportamientos de la élite y en cambio las tostón tipo documentales o exposiciones, nos hablan de las clases populares.

Aspectos de la cultura más farragosos, o polémicos no entran en ellos. Bien porque sucumban al primer envite de la ley del capitalismo (aunque sea interesante no hay demanda y obviamente el centro cívico, no promociona  aquello que se considera importante, si no gestiona. Por tanto promociona aquello que da mayor rendimiento económico) o bien porque directamente la censura no permita tales devaneos.

Es curioso como el 15m, algo que ha generado cientos de materiales culturales en estos 2 años, no haya tenido casi proyección, por poner un tema muy sencillo de obtener material. O temas sacados de las ciencias, o de campos más intelectuales, tampoco encuentren su lugar en estos.

Si la gente demandara mierda, Leo Bassi tendría la agenda llena. Este modelo de gestión no se preocupa de la demanda, por tanto promociona al otro Leo (ese que hace fiestas en solidaridad con aquellos a los que luego roba, indirectamente, pero roba). Extraño es que aún no hayan puesto un plasma para ver los partidos de fútbol en los centros cívicos. Seguramente será porque últimamente es el único motivo que llena los bares.